De la vida, árboles, ensamble de uniones que no hacen solo una.
Querer sentir lo que se siente, valorar amarguras, perecer alegrías, validar sueños, caminar sobre heridas, vender sosiego, reclamar valentía; sentir, sentir que todo tiene un motivo demasiado poco importante y valorarlo con pasión, creer en ello y ver como pasamos el resto de nuestro tiempo, sin presente, queriendo saber mas sobre pasiones, amargándonos en sentirles, sintiendo colores en la sien; bailando, llorando por que se va y por que persiste nadando, sin vuelta, en bailes de flojeras o de poca fe; quebradas, ultrajadas y luego benditas ellas.
De la vida, decepciones y mas motivaciones, tiempos en los que pesa el sosiego, huellas remplazando tus pasos y yo enmarcando características geniales de una falsa o verdadera preferencia (¿Quién sabe?), que se desvanecen en algunos sentidos, sintiéndome mal, sintiéndome bien y reírme otra vez.
De la vida, quiero, soñar libre y amanecer inquieto por soñar, aunque sea soñar encerrado, falseado y golpeado por lenguas egoístas que bajan al caracol y al pez. Volver a buscar ese sentido que nunca nace sin algo a cambio, inseguridad y una vez superado me pregunto,
¿Y que de la vida?
De la vida tú y de la vida, viviré.
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