siempre mirando lo que esta por venir, ocultando aquello, pálido silbido de miserias, blancas memorias imborrables lamentablemente, empujadas por aquellas personas que suelo no conocer, pero mirándolos me doy cuenta que conozco lo necesario del mundo, el porque de su actuar, la mirada flaca, como dedo, moribunda por desatendida, esta a punto de dignarse a enseñarnos a vivir.La cosa floja que la mueve, viene de los mas virtuosos torrantes, capaces de bailar por saliva, esperando la manta nueva de su ya perturbado suelo, siempre, siempre preguntándonos que hay afuera, siempre ignorándonos, dejando de lado el estomago y los huesos, cagando lo bello de los pasos, tirando monedas porque así parece que se hace, parando, parando y parando sin saber por qué. Escuchando lo que se esta acostumbrado y valientes críticos por ignorantes.
Pero ustedes, sembradores del miedo, no darán en mas que en sus dedos y gritaran, porque aun así los entiendo.